SIKHS, YOGA, MÚSICA Y LA ÚLTIMA CLASE

Mi relación personal con los Sikhs no tiene mucho que ver con el yoga. La única relación más o menos directa está en que una tía de mi amiga hindú es profe de yoga en la India y, por supuesto, hemos hablado sobre el tema. Además, a mi amiga le encantó el CD de Snatam Kaur que le presté, “Shanti”, que contiene algunos de los Japji de Guru Nanak cantados con la magnífica voz de esta mujer.

Pero, aunque yo siempre relaciono a los Sikhs y la India con el yoga, este tiene una importancia poco relevante en mis experiencias al respecto.Ya he contado que he estado alguna vez en su templo, compartiendo alguna celebración con los Sikhs hindús de Barcelona. Y se aproxima una fecha importante para ellos, así que el próximo domingo tengo una cita nuevamente en el (0 “la”, nunca lo tengo claro) Gurudwara. Este próximo fin de semana conmemoran el nacimiento de Shri Guru Ravidass Maharaj Jee y allí estaré yo, con mi salwar kameez y mi ignorancia absoluta del punjabi. Menos mal que tengo una buena interprete que me va explicando lo que se dice, porque todo mi vocabulario se reduce a decir “gracias” (Shukria). Eso sí, espero que este verano me enseñe un poco de su idioma. He comenzado a estudiar un poco e incluso ya sé escribir mi nombre en punjabi. Todo es comenzar.

Otra cita ineludible que tengo próximamente es la noche (íntima) de música con Snatam Kaur el próximo 2 de junio en la Basílica de Santa María del Pí. Yo ya tengo mi entrada. Me gusta mucho el CD que tengo ("Shanti", el de “Grace” caerá en breve, porque tengo muchísimas ganas de comprármelo) y, entre ese, uno de Tarn Taran Singh y el de “108 names of Mother Divine” en mi escalera deben pensar que me he apuntado a alguna secta. Uno de mis profes se reía el otro día cuando le decía esto. Pero es que desde que hago yoga me he aficionado un montón a la música que escucho en clase. Mis favoritas, entre muchas más de las que aún desconozco el título, son el “Akaal Murat”, “Gobinde Mukande”, “Ra ma da sa sa se so hung” y el “Mool Mantra” (que los Sikhs cantan en su templo y que este fin de semana espero cantar yo también).

En fin, que aún no he comentado mis impresiones de la última clase. La profesora que teníamos hasta ahora ha dejado el centro y el martes pasado tuvimos una profesora suplente con la que no había hecho clase nunca. Nos había preparado una kriya para el tercer chakra y yo aún ando con agujetas. Definitivamente, además de que la respiración de fuego es mi talón de Aquiles y que la practicamos bastante durante esa clase, todos los ejercicios que involucran a las abdominales son otro de mis puntos flojos a trabajar. Reconozco que están para el arrastre, pero hacer cuatro o cinco ejercicios seguidos trabajando con ellas me resultó especialmente duro. Y el resto de ejercicios involucraba mucho trabajo de brazos, otro de mis puntos débiles (tengo tantos). También hicimos la Cobra y la Langosta. Eso sí, a pesar de las agujetas, noto que tanto los brazos como las abdominales van cogiendo fuerza, pero aún no la suficiente. Paciencia, me digo yo. Eso sí, disfruté muchísimo con la meditación que nos propuso. Con lo mal que canto y lo mucho que disfruto haciéndolo.

SE LO QUE HICISTEIS EN LA ULTIMA CLASE

El viernes pasado tuve la suerte de volver a hacer clase con R. Es un profesor con el que sólo había hecho clase una vez anteriormente, pero recordaba esta como una de las mejores a las que he asistido.
La kriya de este viernes pasado era para elevarnos. Después de un calentamiento, hicimos algunos ejercicios de esos que me dejan luego con los músculos doloridos, porque siempre me cuestan más aquellos en los que tengo que mantener los brazos hacia arriba y especialmente los ejercicios que precisan de buenas abdominales. Las mías parece que aún están en proceso de fortalecerse. Y cuesta.
Hacía tiempo que no practicaba la “Sat kriya” en una clase y, aunque siempre acabo con los brazos hechos un siete, me gustó volver a hacerla. Es un ejercicio vigorizante donde los haya.
Terminamos la clase con una meditación fantástica, una que ya había hecho anteriormente aunque el mudra que hicimos en esta ocasión fue algo distinto de la vez anterior. El mudra consistía en doblar todos los dedos, menos los índices, hacia la palma y envolverlos con el pulgar. Luego se enlazaban los dos índices y se colocaban las manos delante del chakra del corazón, con los codos extendidos a ambos lados. Parece fácil, pero cuando llevas un ratito, los codos tienden a bajarse y cuesta mantener la postura. El mantra que cantamos fue el “Ra ma da sa sa se so hong”, que es un mantra curativo. En este mantra, RA es el sol, MA es la luna, DA es la tierra, SA es el infinito, SE es la totalidad del infinito y SO HONG significa soy tú. RA MA DA SA es el mantra de la tierra y SA SE SO HONG es el mantra del eter (todo esto lo he aprendido en Kundalini Yoga Red de Luz). Es un mantra considerado muy potente y que sirve para canalizar la energía curativa, tanto para uno mismo como para los demás. No sé si yo fui capaz de canalizar nada, ni dentro ni fuera, pero sí que disfruté de los minutos que duró aunque luego me dolieran los brazos (eso si, no tuve agujetas posteriormente).
Quizá sí que funcionó de alguna forma u otra, ya que a la salida, como comenté en el post anterior, tuve una noticia que me puso la mar de contenta: el concierto que el día 2 de junio da Snatam Kaur en Barcelona. A lo mejor no me “curó” pero sí me trajo buenas noticias.

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La meditación Kirtan Kriya me gusta especialmente. Relaja muchísimo.

YOGA Y “SANT JORDI”

Cuando comencé a practicar yoga, me interesé por buscar algunos libros que trataran sobre el tema. Mis dos primeros libros de yoga no eran precisamente de kundalini. También es cierto que casi todos los que encontré en librerías eran sobre hatha yoga.
Hoy había liberación de libros por parte de algunos miembros de BookCrossing con los que me he encontrado en la Plaza de la Catedral. Iban cargados con varias cajas llenas de libros y cinco o seis bolsas que pesaban lo suyo. Una de las bolsas, después de dejar los 14 o 15 libros que yo acarreaba, nos la hemos llevado para ir liberando libros en nuestro recorrido desde la Catedral hasta el Parc de la Ciutadella, donde se celebraba la Festa de la Terra.
Lo que me ha resultado bastante curioso –e inusual, porque es la primera vez que me pasa- es que entre los libros que habían recogido para la liberación de hoy había varios de yoga. Y, por supuesto, no he podido resistirme a la tentación de llevármelos. En principio, mi intención es dejarlos en mi escuela de yoga una vez me los haya leído.
Una de las cosas que se acostumbran a hacer en Sant Jordi, además de comprar el libro y la rosa, imagino que será recomendar libros ¿no? Pues he aquí mis recomendaciones para esta señalada fecha (dentro de la temática, porque con lo que a mi me gusta leer, mi lista de recomendados de temática general podría ser muy larga):

- Yoga. Ejercicios e inspiraciones para tu bienestar. De Tara Fraser. Evergreen (Taschen). Es un libro pequeño, compacto, de páginas gruesas y satinadas, y lleno de fotos mostrando un buen número de posturas. Además incluye pequeños textos (inspiraciones) del Mahabharata y de los Yoga Sutras. Lo cierto es que es un libro precioso.
- Lecciones de yoga. Guía práctica. Luisella Tani con la colaboración de Roberto Ghetti. Editorial de Vecchi. Este es el primer libro de yoga que me compré. Tiene buenas fotos de posturas y, además, incluye un ejemplo de lección completa y un capítulo dedicado al yoga y la astrología. A los de mi horóscopo les recomienda la postura de la cabeza de vaca (Gomukhasana) la cual es completamente imposible que yo llegue a poder realizar algún día. Mucho menos mantenerla durante un minuto como recomienda el libro.
- Guía de la meditación. Lorraine Turner. Parragón. Es un libro grande, de tapas duras, tipo enciclopedia temática, con buenas fotos y papel satinado. No es, como indica su nombre, un libro sobre yoga propiamente, sino sobre meditación.
- Yoga en casa. Tara Fraser. RBA libros. Para principiantes y para expertos. Una guía bastante polivalente.
- Kundalini yoga. Shakta Kaur Khalsa. Se basa en la enseñanza de Yhogui Bhajan, que tomó los preceptos del Khundalini proviene del término hindú Kundal que significa 'rizo de cabello del ser amado' . Al desenrollar este 'cabello' estaremos despertando el kundalini, es decir el potencial creativo que existe en todo ser humano.
- Yoga para niños. Liza Lark. Parramón Ediciones. Programa de ejercicios para que los más pequeños de la casa se inicien en la práctica de yoga.

Los libros que hoy he rescatado de los que iban a ser liberados por bookcrossers, el más curioso es “Hatha Yoga” de Yogi Ramacharaka. Filosofía yogi del bienestar físico. Curioso especialmente porque es un libro editado en 1958 y, aunque no incluye foto ni dibujo alguno, parece realmente interesante y aporta algunos ejercicios que creo que probaré. El segundo libro es “Fundamento y técnica del Hatha-yoga” de Antonio Blay Fontcuberta, editado en 1960. Incluye fotos y dibujos explicativos y parece bastante completo. Creo que a mi profe de yoga le va a hacer mucha ilusión que le regale uno de estos dos. El tercer y último libro rescatado es “Tsongkhapa’s. Six yogas of Naropa” de Tsongkhapa Lobzang Drakpa, traducido, editado y presentado por Glenn H. Mullin. Está en inglés y no es precisamente un libro delgadito, así que me llevará algún tiempo ponerme con él. Tiene un curioso mensaje en la página de créditos: “Este libro es sólo para esos que han recibido una iniciación superior al yoga tantra”.
Y, además de los tres mencionados, he rescatado también dos libros que me han llamado la atención:
- Cuentos del Tibet. Ramiro Calle. Editorial Sirio. Una recopilación de cuentos ilustrados con adornos que tiene muy buena pinta.
- Viaje a la India. Ramiro Calle. Ediciones Jaguar. Libro de viajes que también recoje vivencias del autor, que ha viajado muchas veces a la India.

Por cierto, el viernes, después de una fantástica clase de yoga nocturna (empieza a las 21 h.) me encontré con una de mis profes de yoga y me dio una grata noticia: Snatam Kaur viene a Barcelona.

TOMA-TE UN TÉ (Y HAZ UNA PAUSA)

Cuando voy a casa de mi amiga hindú siempre me pregunta si quiero un "cha" (chai). En su casa lo hacen muy especiado (huele de maravilla) y cremoso.

Encontré una receta y aquí dejo su traducción (estaba en inglés) para que, si os apetece, la probéis:

Chai (Te al estilo hindú)
Ingredientes: (para 4 tazas)
- 2 tazas de agua
- 3 clavos
- 1 palito de canela
- 3-4 vainas de cardamomo molidas
- ¼ taza te negro (o 4 bolsitas de te)
- 2 tazas de leche
- 4 cucharaditas de azucar (o un poco menos)

Haz que el agua, los clavos, la canela y el cardamomo hiervan. Añade el te y la leche y lleva a ebullición. Filtrar y añadir azúcar en caliente. Servir caliente.
Para variar se puede también probar con jengibre, cardamomo, nuez moscada e hinojo.
El jengibre es especialmente bueno para los resfriados y el hinojo puede aliviar molestias estomacales.

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Rescatado de punjabirecipes.gurudwara.net

VAISAKHI (2º parte)

Hablaba hace poco de la celebración Sikh (e hindú) de Vaisakhi, que es tanto una celebración de primavera, de la cosecha, como también una importante fiesta religiosa de los Sikh, porque ese día se celebra la fundación de la Khalsa, o hermandad (orden) de "los puros".

Estuvimos a punto de quedarnos sin asistir pero, finalmente, hacia las diez y media nos uníamos a la comitiva que seguía al Adi Guru Granth Sahib, el libro sagrado de los Sikhs. Supongo que la vista del grupo, tan numeroso que hasta mi amiga se ha sorprendido de la gente que había acudido a la celebración, desde los balcones tenía que ser bastante impresionante. Tanto por los trajes de las mujeres, que siempre son muy coloridos, como por los pañuelos de los hombres, que formaban un grupo compacto de color naranja delante nuestro. Desde mi perspectiva, mezclada en la comitiva, era dificil hacer fotos que no fueran de cogotes.

Con cantos y oraciones (la que he podido seguir ha sido: "Sat Nam Wahe Guru"), los Sikhs han ido siguiendo al Adi Granth por diversas calles del casco antiguo hasta llegar al templo. Había tantísima gente que entrar ha sido toda una hazaña (sin contar que hay que lavarse las manos, los pies, dejar los zapatos antes de entrar) y, mientras hacíamos cola para presentar nuestros respetos al Adi Granth ya nos hemos dado cuenta que sentarnos no iba a resultar sencillo. El pasillo central, que va desde la puerta hasta el estrado donde se halla el libro (siempre en un lugar más alto que los asistentes) estaba atestado.

Tras dejar nuestro óbolo y reverenciar al Libro, nos hemos buscado un rinconcillo para sentarnos en el suelo, junto a la alfombra central. Tengo que decir que el practicar yoga me ha servido de mucho para poder encajar las piernas en el diminuto espacio donde me he sentado con las piernas cruzadas.

En seguida han pasado los hombres que reparten vasos y té y nos hemos tomado un "cha" (té) que hacen con leche y que es bastante especiado y cremoso. Lo cierto es que mis conocimientos de punjabi (de momento he aprendido a decir "shukria" que quiere decir gracias... y gracias) no dan para comprender el significado de las oraciones y cánticos, pero sí que era agradable escucharlos, y empaparte del ambiente que iba entre lo reverencial y lo festivo. Gente rezando con las manos unidas en plegaria por un lado mientras niños cargados con pétalos de flores los tiraban sobre sus amigos y familiares. En un lado se sentaban las mujeres, en el otro los hombres. A la salida, un grupo de hombres jóvenes tomaba té y bromeaba junto a la puerta, sentados en el suelo. Fuera del templo también había mucha gente, muchos de ellos descalzos. La mayor parte de la gente de la comitiva habían ido descalzos durante todo el trayecto.

Era extraño y a la vez familiar estar allí. Por un lado yo era una de las pocas occidentales que habían acudido -no como simples expectadores- a la celebración (aunque he visto a algunas personas más) y por otro, la gente era muy amable y varias señoras han alabado mi traje y me han dicho que estaba muy guapa. No podías evitar sentirte cómoda, y aunque mi amiga ha asegurado que en el templo todo el mundo me miraba, yo no he tenido esa sensación en ningún momento.

El próximo día 30 vuelvo a asistir con mi amiga y su familia al templo. Esta vez con motivo de la commemoración del nacimiento de uno de sus Guru, Shri Guru Ravidass Maharaj Jee.

Sat Nam!

YO SOY KAPHA

Hace cosa de un par de semanas estuve leyendo un libro de yoga (hatha) y me llamó la atención el tema de los “dosha”.
En Ayurveda (“ayur veda” = Silencio de la vida) se relacionan tres tipos de dosha, algo así como una clasificación de personalidad según las cualidades físicas y emocionales de cada uno. Generalmente se tiene un dosha dominante y la proporción de los tres tipos está determinada desde el nacimiento. Incluso es posible tener una combinación de dos doshas predominantes. He hecho los tres tests cuyos enlaces pongo al final del artículo y, por lo que parece, mi predominante es Kapha, aunque Vata podría perfectamente ser su compañero de andanzas, ya que las puntuaciones son parejas. Pitta no tiene ninguna posibilidad, apenas unas pocas contestación tenían que ver conmigo.
Según leo, si conoces tu tipo de dosha puedes saber cómo ajustar tu alimentación y diversos aspectos de la vida para equilibrar los tres doshas de forma que tú te sientas equilibrado. Incluso los ejercicios de yoga que más te convienen pueden ser ajustados sabiendo a qué tipo perteneces.
El libro donde he aprendido todo eso también ofrece una tabla que puede ayudarte a determinar tu dosha.

¿Cual es tu dosha?

Un test para determinar tu dosha

Un segundo test

El tercero

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La verdad debería decirse cuando sea agradable
Debería decirse de forma agradable, y la verdad
que pueda herir debería silenciarse:
Pero nunca mientas para dar placer.

Vyasa (Mahabharat) Siglo VI a.C.